Un día te enteras de que uno de tus actores favoritos -al que solo has visto en Gladiator y Her- protagonizará una película encarnando a uno de tus personajes favoritos -aunque no te has leído ni uno de los cómics en los que aparece- en un film dirigido por alguien que no sabes quién es. Meses más tarde, cuando ya ha salido uno de los tráilers de la película -uno de los mejores tráilers que has visto en tu vida- la gente empieza a echar mierda sobre el director porque, pobre de él, en el pasado dirigió una de las trilogías cómicas más taquilleras de Hollywood. Y cómo hizo tan sucio trabajo no se puede poner a trabajar en un proyecto radicalmente distinto.
Te enfadas. Te enfadas porque te gusta la trilogía de Resacón, era una de tus favoritas cuando empezaste a entender las bromas sobre masturbación y borrachos. Te duele que critiquen a Todd Phillips y, en cierta manera, empatizas con él. Estas a tope con Todd Phillips y con esta entrega del Joker y, de repente… BOOM! Sale el segundo tráiler. ¡Joder! “Tendrían que dar Oscars a los mejores tráilers también” piensas. “Se avecina un películón”, te dice tu corazón. Lo sabes. Pero prefieres escuchar lo que te dice tu cerebro: “Calma, que con esas expectativas la cosa sólo puede ir para abajo”. Así que finges no estar tan encantado con el tráiler cómo realmente estás y dices: “bueno, ya veremos el 4 de octubre”.
Pero claro, los flipados. Los flipaditos periodistas y youtubers que ya han ido a verla al festival de Cannes o Venecia tienen que venir a joderte el puto equilibrio que estabas manteniendo entre tu corazón y tu cerebro publicando críticas con titulares cómo: "LA PELÍCULA DEL AÑO", "Volcánica", "Una obra maestra"...
Nada pretenciosos. Y, entonces, te olvidas de los otros flipados, los que decían que Todd Phillips era un director mediocre que no podía desvincularse de Resacón y te centras en los que ahora dicen que es el Scorsese del siglo XXI. Flipados.
Entonces llega el día. Llega el maldito día en el que vas a odiar a todo aquel miserable imbécil que ya haya ido a ver la película y te diga cualquier detalle, por insignificante que sea, porque tu mente lo cataloga como spoiler. Quizás el imbécil seas tú. Efectivamente. Así que decides bloquear en Whatsapp al amigo que ya ha ido a verla, sabes que no te va a decir nada, pero tú lo haces ya por la broma. El día siguiente vas al cine con tu fiel amigo, con el que fuiste a ver Green Book y Vice. Ahora sumáis Joker a vuestra colección. Ya no sabes si vas con expectativas altas o bajas, porque tus expectativas se han movido más que Ciudadanos en el espectro ideológico de la política española. Lo único que sabes es que has disfrutado, el film ha cumplido las expectativas. Te apetecería volver a verla. Has flipado con las referencias a Scorsese, con la interpretación de Phoenix y con la fotografía. También te ha maravillado ver el lado oscuro de la comedia, así como oír a Sinatra y a Cream.
Entonces ella te dice que tiene muchas ganas de verla. Se os ocurre ir juntos. Siempre gusta ir al cine con ella. En realidad te encanta hacer cualquier cosa si es con ella. Le dices que antes se mire “El Rey de la Comedia”, de Scorsese -y así de paso te haces el interesante-. Sales de la universidad y vas hacia el cine, esta vez vas con libreta. Quieres apuntarlo todo para escribir un buen artículo. No has pensado que la sala estará a oscuras y que igual no te salen unos buenos apuntes. Te da igual porque nunca te salen unos buenos apuntes -en realidad hago unos apuntes de puta madre pero queda mejor decir esto-.
Disfrutas otra vez de la pieza de Todd Phillips. Que peliculón. Te han encantado todas las muertes, piensas que están perfectamente creadas y que alguna escena es una pieza maestra. También piensas que no es necesario decir lo malo de la película en tu artículo, ya habrá otros que se encarguen de eso. Total, tampoco sabes tanto de cine. Tú, de momento, lo disfrutas. Sales del cine y miras la página de tu libreta donde -a oscuras- has estado anotándolo todo. Te ríes, qué curioso. Parece realmente una nota del Joker, escrita por él mismo. Te sientes muy identificado con él. Te gusta el caos y el desorden. Incluso en una hoja de papel.
“Pues tendré que descifrar esto”. Así que en el tren, encontráis el entretenimiento descifrando qué es lo que has apuntado en la dichosa hoja. Es divertido. La lista final no se parece en nada a las anotaciones originales. Te gustan más las anotaciones.
-Risas en la gente
-se piensan que han venido a ver una peli de Marvel
-Sobre explicación: tarjeta
-Risa irritante
-Nos metemos dentro de su cabeza (vecina y se imagina en el show)
-Me planteo si es una comedia
-Baile/libertad belleza estética
-Taxi Driver
-El rey de la comedia
-La gente se ríe mucho
-Tijeras comedia irritante
-Sobre explicación Thomas Wayne
-That’s life música diegètica
-Escena nevera
-Sobreexplicación Bruce Wayne
-Escaleras
-Mismo plano Joker inicio y Wayne final (you get what you fucking deserve)
-Domina la tensión
-Tu eliges
Pasan los días y no has escrito nada. La lista se ha quedado en tu Google Keep esperando para ser desarrollada. Pero tú tienes mejores cosas que hacer. Y, lo peor, tienes mejores cosas que “no hacer”, porque tampoco es que hagas gran cosa. Procrastinas. Y además tienes otras notas muertas cómo las de “Once Upon a Time in Hollywood” o “Malas Calles” o “El Gran Lebowski”... Pero bueno, ya si eso, para otro día.
Mientrastanto vas viendo películas y más películas. No te cansas, llegas a las 89 películas y, entre muchas otras, ves una que te da de lleno en la cabeza. La Juventud, de Paolo Sorrentino y no sabes qué es lo que te dice esa película, no sabes ni siquiera si te ha dicho algo. Quizás es el momento en el que la has visto. Quizás te ha pillado en el momento oportuno. Que suerte tengo de ser joven, piensas. Y te pones a escribir.