Cuando hablamos de los villanos siempre pensamos en seres malvados, maliciosos, ruines, egoístas, indignos, guiados a menudo por su afán de poder y por su crueldad. Según la RAE, la palabra villano, en su tercera acepción, es eso. “Un ser ruin, indigno o indecoroso”. En cambio, si miramos la primera acepción de la palabra, vemos que un villano es “un vecino o habitador de una villa o aldea, a distinción de noble o hidalgo”. Es decir, que en boca de nobles y caballeros, la palabra villano se refiere a la plebe, al pueblo raso. Los plebeyos no se lo llamaban a sí mismos. Era el término que usaban los privilegiados para designarlos. Según a donde pertenecieras, llamarías al pueblo de una manera o de otra. El punto de vista era el factor clave para determinar a quién llamamos “villano”.
Mi pregunta para tí es: ¿Quién aparece en tu cabeza cuando lees la palabra “villano”?
¿Gru? ¿Hannibal Lecter? ¿Scar? ¿José María Aznar? ¿Tu profesor de matemáticas? ¿Tu pareja? ¿Tu jefe?
Como has podido ver, en un par de líneas he podido exponer alguno de los tipos de villanos con los que convivimos. Tanto en la ficción como en la realidad. Cuándo se me ocurrió escribir este artículo hice una búsqueda en Google. Busqué: “los villanos más importantes de la historia” y, clicando en varios links, encontré una página dónde aparecía un ránking de los villanos más famosos del cine. El podio lo ocupaban estos 3 villanos:
El Joker
Darth Vader
Lord Voldemort
Los habían votado los lectores del diario “20 minutos”. Me sorprendió ver también a Saruman entre los 20 primeros. Estos tres villanos que se encuentran en el podio me hicieron pensar. Tienen en común varias cosas. Su presencia, la fuerza que desprenden y el miedo con el que aterran a sus rivales y socios. Ahora bien, fijándome en sus diferencias, me he permitido el lujo de inventarme una clasificación de los distintos villanos según su conducta. Y, ¿Por qué? Pues porque sí, porque mola, porque es la moda, vale?
Vamos con el primer tipo de villano,
El psicópata/sociópata: Es una persona que su sociopatía o psicopatía le llevan a ser un villano. En esta categoría podría entrar gente como el Joker, Hannibal Lecter, Norman Bates (Psycho) o Patrick Bateman (American Psycho).
Antes de que algún fanático de los cómics de DC se me enfade, quiero decir que yo hablo sobre el Joker de Christopher Nolan, encarnado por Heath Ledger en 2008. El objetivo que tiene el Joker es poner a Gotham patas arriba, hacer que estalle el caos. El Joker existe en contraposición a Batman. Batman es el justiciero y busca el orden, el Joker busca el caos. Como bien le dice Alfred a Bruce Wayne en “El Caballero Oscuro”: «Hay personas que no buscan algo lógico, como dinero. No se les puede comprar, ni amedrentar, ni se puede razonar o negociar con ellas. Algunas personas solo quieren ver arder el mundo». Además, el guasón usa un método maligno. Mediante sus maniobras quiere hacer que sea la sociedad por sí sola la que se eche a perder, quiere que sean los ciudadanos de Gotham los que se maten los unos contra los otros. En “El Caballero Oscuro” pone entre las cuerdas la ética de las personas en varias ocasiones, generando un gran estrés al espectador.
El segundo tipo de villano sería:
El xenófobo: Es aquel que pone los intereses de su “cultura”, “raza” o “especie” por encima de los otros. Llegando a querer la aniquilación o extinción de estos otros.
El claro ejemplo es Voldemort, creado por J.K. Rowling. Voldemort cree en la pureza de sangre de los magos y brujas del mundo mágico. Desprecia a los “sangre sucia” y a los mestizos. Hijos de muggles (no magos). Su objetivo es muy firme y sólido, a pesar de ser poco justificable. La figura de Voldemort se construye a imagen y semejanza de la de Adolf Hitler. Ambos quieren acabar con una gran parte de la población que consideran impura. Para así establecer un orden, según ellos, idílico e imponer su raza, la superior, por encima de todo.
El tercer tipo de villano es, creo yo, el más peligroso de todos, es un cerdo. Me da rabia el mero hecho de hablar de él.
El superviviente: Este villano no tiene principios, se hace villano por necesidad. Se ve amenazado por el poder de otro villano superior y decide mimetizarse con él. “Si no puedes con el enemigo, únete a él”, este es el único principio que sigue a rajatabla.
El abanderado de los “villanos supervivientes” es Saruman, creado por Tolkien en El Señor de Los Anillos. Aunque esta figura también tenga representantes en la realidad, como Albert Rivera, hablaremos de el caso de la Tierra Media, el caso de Saruman. Saruman era el referente de los brujos, Saruman el blanco, mítico, poderoso, puro, el puto amo Saruman:
- Que grande eres, máquina, gigante, mastodonte, genio, bestia, mago, crack, fiera, tigre, león, triceratops… Pero entonces llegó el poderoso Sauron, y frente su amenaza, Saruman decidió someterse para no jugarse la vida. Renunció a sus principios, si es que los tenía, y tiró millas. Dejó de ser Saruman el blanco y se puso a fabricar hordas de orcos en Isengard para el ejército de Sauron.
Todos los villanos tienen un objetivo. El objetivo puede ser más justificable o menos, pero lo que les hace villanos es la manera que emplean para llegar a él. Serán villanos por los medios que usen para conseguir su meta, no por su meta en sí. Y, digo esto, porque quiero introducir al último tipo de villano/villano singular que he pensado y sobre el cual me quiero enrollar más. Mi admiración por este villano es muy grande.
El villano noble
Thanos, un villano que marcará una época, una generación. Nuestros padres descubrieron a Darth Vader, el gran villano de su generación. Nuestra época es, sin duda, la de Thanos. Según mi punto de vista, Thanos es un villano construïdo a la perfección, no solo visualmente, lo que se ve a simple vista. Sino que es un personaje redondo. Tenemos una película entera que nos lo presenta y nos lo retrata: “Avengers: Infinity War”. Antes de este film, Marvel nos había presentado, de puntitas, a este personaje ambicioso y despiadado que haría lo que fuera para destruir la tierra y encontrar las gemas del infinito. Pero “Infinity War” nos muestra que el objetivo de Thanos es algo distinto, y mucho más noble. Él lo que busca es eliminar la mitad de la vida del universo para restablecer el equilibrio vital y acabar con la miseria y la escasez de recursos. Para conseguir su meta necesita hacerse con las seis gemas del infinito que se encuentran esparcidas por el universo. Thanos hará lo que sea, absolutamente lo que sea, para llevarse las seis gemas. Exterminar a una raza de “enanos herreros”, liquidar a poblaciones enteras o sacrificar a su hija. Todos estos esfuerzos reunidos para un solo fin, un bien común. El bienestar. El restablecimiento del equilibro en el universo. Aunque sus mecanismos, su modus operandi, su conducta puedan ser cuestionados, su finalidad es de lo más noble. Y valiente. Él es el único ser con la iniciativa de emprender ese viaje sin vuelta atrás.
“Las decisiones difíciles requieren voluntades fuertes”
Además, la iniciativa de Thanos tendría varios apoyos de ponentes del mundo científico. Sin ir muy lejos en el tiempo, a inicios del siglo XIX encontramos una serie de teorías demográficas que respaldan la iniciativa de Thanos. El erudito británico Thomas Robert Malthus enunció, en su teoría de la población, que llegaría un futuro en que los recursos de la biosfera serían insuficientes para cubrir todas las necesidades que necesita la creciente población humana. Siguiendo la lógica Malthusiana, en Infinity War, Thanos es el bueno de la película.
“Un pequeño precio a pagar”
¿Y si en realidad el bueno de la película nos está condenando a vivir en una inminente catástrofe malthusiana? ¿Y si en realidad el villano nos está salvando de morir de hambre y de miseria?
Thanos plantea un dilema moral al espectador que muchos ya han tenido alguna vez y que se ha usado en el cine anteriormente. Villanos como Ra’s al Ghul (Batman) o Bertrand Zoobrist (Inferno) también plantean soluciones parecidas. Extender una plaga que pueda acabar con gran parte de la vida humana, para así erradicar muchos de los problemas derivados de nuestra existencia.
Aún así muchos salimos del cine con la convicción de que Thanos es el malo de la película. Supongo que depende de quién te esté contando la historia.
En la edad media según a donde pertenecieras, llamarías al pueblo de una manera o de otra. El punto de vista era el factor clave para determinar a quién llamamos “villano”. Hoy en día también.