Hace un mes aproximadamente, en mi periodo no-lectivo como estudiante de la UAB, un compañero nos propuso una atractiva dinámica que consistía en escribir un artículo sobre la inminente gala de los Oscars. La mayoría de mis compañeros, mucho más dinámicos que yo, escribieron el artículo en menos de un par de semanas. Yo, un mes después, aquí estoy, dispuesto a escribir un artículo sobre los Oscars, las películas nominadas y sobre mi experiencia cinematográfica de este último mes.
- ¡Eh! ¡Aitor! ¿Y por que pones lo de La Ciudad de Las Estrellas si La La Land no está en los Oscars de este año? ¿Eh, eh?
- Calma, calma. Esperad un poquito.
La Llamada de Efren
Cuando mi compañero Efren propuso la idea se me ocurrió usarla como excusa para ver todas las películas nominadas a “mejor película”. -Lo hice, y me siento orgulloso- Para así escribir un artículo formal, riguroso y documentado sobre los Oscars; aportando mi opinión y mis predicciones. Lo de las predicciones, fuera. La gala fue hace una semana y media. Y lo de un artículo formal, riguroso y documentado… Buf, mucha pereza. Ya he escrito dos párrafos así medio formales y me duele la cabeza, apostaremos por la documentación, así que voy a ir dándole caña.
Empieza el viaje
Empecé mi andadura por las películas nominadas habiendo visto ya Black Panther y Bohemian Rhapsody. De estas dos no me acuerdo lo suficientemente bien como para hacerles un análisis estructurado. De lo que sí que me acuerdo es de la hostia que me pegué cuando vi que Black Panther estaba nominada a mejor película, en ese momento no lo entendí. Fue más adelante, cuando vi A Star Is Born fue cuando comprendí que Black Panther era una cinta de nivel.
En el caso de Bohemian Rhapsody sí que tengo recuerdos más frescos, en parte porque tengo un artículo escrito sobre el film. Una película construida alrededor de la figura de Freddie Mercury, encarnada por el fabuloso Rami Malek. Me gusta destacar lo bueno de las películas y, esta tiene un par de detalles brutales: la complicidad Rami Malek-Lucy Boynton y la escena del Live Aid. Estos dos detalles tapan cualquier pega que le puedas ver al film y le dan el toque de calidad que necesita. Puedes salir enfadado del cine porque el guión se sale mucho de lo que fue la historia real de Queen, porque se nos presentan los personajes de manera anecdótica o porque el guión pasa de puntillas por las aventuras sexuales de Freddie… Mucha lágrima y poca droga. Pero sales satisfecho del cine (al menos yo) porque la película te emociona, es una película que busca la lágrima y eso a veces se nos olvida. Yo prefiero que la peli me saque una lágrima que según qué otras cosas a las que se les da más importancia.
Por ejemplo, la gran favorita y galardonada Roma a muchos les parece una película de culto que debería haber ganado el Oscar a mejor película bla, bla, bla… Me pareció un gran largometraje. Me encantó la fotografía de Cuarón, me encantó Marina De Tavira y me encantó el mensaje que quiere transmitir el director. Un mensaje con consciencia de clase y feminista, alrededor de una historia de mujeres en un mundo de hombres. A pesar de estos elementos, no creo que Roma se mereciera el Oscar a mejor película, básicamente porque es una historia que no emociona, al menos a mi no me emocionó.
A mi parecer, Green Book le ganó la partida a Roma por su capacidad de emocionar. Green Book era una película hecha para ganar Oscars.
Un guión espectacular, sin lagunas, que se llevó su merecido, y dos interpretaciones protagonistas dignas de reverencia. Quizás la única espinita que se me queda de esta película es que Viggo Mortensen se haya quedado sin su Oscar a mejor actor protagonista. Con Green Book me llevé una gran sorpresa y una gran alegría, hacía tiempo que no disfrutaba tanto en el cine. Otra vez, la complicidad entre dos actores y la construcción de una amistad real -la de Tony Vallelonga y Doc. Shirley- consigue emocionar al espectador y, en este caso, maravillar también a la academia.
La que yo pensé que podía ganarle la partida a Roma y Green Book en la categoría de mejor película era La Favorita.
Me sorprendió mucho, me esperaba un tostón padre y me pareció un peliculón. Tiene un ritmo rápido durante la primera hora y media, quizás solo me sobraron 20 minutos hacia el final, pero ni eso. Es de las pocas películas que he visto donde ningún hombre tiene un papel importante, rasgo positivo también. La historia gira entorno a los personajes de Olivia Colman, Rachel Weisz y Emma Stone. Las tres están espectaculares, el Oscar se lo tuvo que llevar Colman porqué no había más estatuillas para repartir, realmente se lo merecían las tres.
En la línea de Green Book encontramos una creación de Spike Lee -no puedo escribir sobre Spike Lee sin acordarme de mi amiga Anna Perez, un saludo-.
Infiltrado en el KKK (en español, Semana Santa de Sevilla), una cinta en la que encuentro ciertas similitudes con Green Book. Dos historias de racismo/clasismo, dos historias de una amistad fortuita que acaba siendo real y acaba emocionando al espectador. Quizás esta no emocione tanto como la anterior, pero lo hace. Sinceramente la cinta me gustó, me pareció interesantísimo el caso y lo bien llevado a la pantalla que está. Un gran trabajo de Spike Lee con su merecida recompensa, el Oscar a mejor guión adaptado.
El film de Spike Lee, con seis nominaciones, se acabó llevando sólo un galardón. Un galardón, al igual que Vice -cómo estoy hilando, la virgen, que gustazo-. La película de Adam McKay que rompe con toda su obra anterior. El creador de las comedias de Will Ferrell, da el salto al cine “serio” -si se le puede llamar así- y nos demuestra que no es solo un habilidoso del humor fácil. Lo hace con esta cinta donde se relata la historia de Dick Cheney, probablemente el vicepresidente más poderoso y controversial de la historia de los Estado Unidos. A pesar de tratar un tema tan delicado, McKay no abandona su estilo y nos deleita con diversas pinceladas de humor y algún sketch satírico digno de aplauso. La cinta cuenta con Christian Bale. Este hombre se supera y nos sigue sorprendiendo con su infinidad de registros en cada film en el que participa.
Lo mismo se puede decir de Sam Rockwell. El papel de este último me ha alucinado: el retrato y la ridiculización a George W. Bush está impecable. Y me parecen geniales las críticas a las estructuras de poder de la Casa Blanca. El film, en líneas generales, es muy valiente. Confío en que esta película en unos años se haya convertido en una película de culto, no dudo de ello. No sé si ha quedado claro que me ha gustado mucho Vice.
Un bache en el camino: A Star Is Born
La que espero que no sea una película de culto es A Star Is Born. O, como me dijo uno, “Star Is A Born”. Costra, tostón, rollo, roquefort, trosko, troncazo, plasta… Y todo lo pesado que se te pueda ocurrir es válido para describir esta película. La única coherencia que le encuentro al hecho de que se haya decidido rodar esta cinta es que primero se compuso “Shallow” (su tema principal) y quedó tan bien que decidieron dedicarle una película. Otro motivo me resultaría insultante. Quitando la actuación de Bradley Cooper y algunos temas de la banda sonora, que son muy buenos, se te queda un mojón muy grande. El guión cojea muchísimo durante toda la película. Pero lo sorprendente es que después de tragarte toda la mierda, el final te emociona. Y una mierda de película se convierte en una mierda emocionante. Y una mierda consigue arrancarte una lágrima. Espera. Ahora que lo pienso… Con lo que he llegado a cagar yo, seguro que más de una vez una mierda me ha arrancado una lágrima.
En resumen; la peli se podria titular: "Una Mierda Is Born", lo que vendría a ser el parto de una mierda. Eso es lo que hace Bradley Cooper, cagar. Cagarla.
Llegada a la Ciudad de las Estrellas
En realidad al verla no me pareció tan mala, pero unas dos semanas más tarde ví La La Land, y esta cambió radicalmente la visión que yo tenía de A Star Is Born e hizo que la revalorizara. Cuando ví La La Land me di cuenta de muchas cosas, una de ellas fue la magnitud del mojón que es A Star Is Born -este debate lo voy a aparcar, ya os compararan las dos películas en otro momento-. Me puse a ver La La Land esperándome algo que no acabó siendo. Me esperaba un agobio de película, me veía ahogado en un mar de canciones falto de un buen guión detrás, como pasa en la mayoría de los musicales -lo siento, odio los musicales-. Y no. La música la encuentras cuando la necesitas: cuando hay que bailar te ponen “Someone In The Crowd” o “A Lovely Night”, cuando hay que llorar “City Of Stars” o el “Mia & Sebastian's Theme”, cuando hay que hacer un homenaje a la historia de los musicales te meten el “Epilogue” de 7 minutos y pico, cuando Damien Chazelle se quiere hacer un auto-homenaje por su anterior película pues te mete a J.K. Simmons de camarero de bar. Todo de esta película me ha gustado, todo. ¿Y por que meto a La La Land en un artículo sobre los Oscar 2019?
Uno, porque es mi blog y hago lo que quiero. “Soy rapero y me pinto el pelo, mi madre no me deja y me tira de la oreja”.
Y dos, porque La La Land lo tiene todo. Tiene a Emma Stone, tiene a Emma Stone cantando, tiene a Emma Stone llorando, tiene a Emma Stone bailando, tiene un vestuario brutal -Un monumento por el vestido amarillo de Emma Stone en “A Lovely Night” y por el traje granate naranjoso de Ryan Gosling en la última escena-, tiene a Ryan Gosling, tiene un guión muy sólido y con mucho sentido y verosimilitud para ser un musical, tiene a Justin Hurwitz de compositor y a Damien Chazelle de director y, sobretodo, tiene una capacidad emotiva espectacular.
Y fue cuando ví La La Land cuando me di cuenta de la inmensa importancia que tiene en una película la capacidad de emocionar. A veces se premian otras cosas mucho más técnicas y/o específicas en los certámenes -a veces no, yo que sé-. Pero me da la sensación de que a veces se les olvida premiar a… Buf que palo, me estoy poniendo metafísico. Parezco un profesor mío que habla sin decir nada, y eso me da mucho asco.
En definitiva, que yo en mi vida me había emocionado tanto con una película. La La Land me cautivó mientras la veía y me ha seguido cautivando durante el resto de la semana. Y eso me encanta. Y si no escribía un artículo para deciros esto a todas vosotras iba a explotar.